Conozcamos a Samantha, una niña de 4 años que había suplicado tristemente por un dulce hogar durante tanto tiempo en Miami Dade Animal Services (MDAS) . Samantha, inicialmente rescatada y llevada al refugio para recibir una mejor atención, sabía que este no era su hogar definitivo. Anhelaba una familia amorosa y un lugar al que pudiera llamar suyo. Lamentablemente, la vida no siempre sale como se esperaba.
Rosa Fond, fundadora de HAAU, se conmovió con las fotos del refugio de Sammy, en las que mostraba claramente lo triste que estaba. Fond y su equipo decidieron acogerla, incluso si el camino a seguir no estaba claro.
“Esas fotos nos rompieron”, dijo originalmente Rosa Fond, fundadora de HAAU , a The Dodo , un canal de animales, sobre las fotos del refugio de Sammy. “Decidimos recogerla y luego nos ocuparíamos del resto”.
En sólo unos minutos, el ceño de Sammy se transformó en una sonrisa. “Fue entonces cuando Samantha comenzó a abrirse”, dijo Fond.
Fond fue testigo de la transformación emocional de Sammy y, a partir de ese momento, las cosas empezaron a cambiar para mejor.
Sammy recibió atención médica muy necesaria y fue ubicado con una familia de acogida. Su vida mejoró significativamente, pero la búsqueda de un hogar permanente fue un desafío.
Luego, en agosto, una pareja de buen corazón conoció la inspiradora historia de Sammy y rápidamente se conectaron con ella.
Querían conocer al perro, cuyo rostro había pasado de una expresión triste a una sonrisa brillante. Cuando finalmente conocieron a Sammy en persona, supieron que ella estaba destinada a ser parte de su familia.
Esta amorosa pareja hizo un esfuerzo adicional para brindarle a Sammy todo lo que necesitaba para prosperar. Su dedicación conmovió profundamente a HAAU .
“¡[E]sta familia hizo todo lo posible para asegurarse de que Sammy tuviera todo lo que necesitaba para prosperar!” HAAU escribió en una publicación de Facebook. “El amor que esta familia ha mostrado hacia Samantha y nuestro rescate es algo que siempre apreciaremos”.
Y después de un largo y emotivo viaje, Sammy finalmente encontró la casa de sus sueños.
Cuando no está jugando con sus juguetes o relajándose en sus acogedoras camas, Sammy disfruta acurrucarse con sus compañeros humanos. Sus días están llenos de paseos por el vecindario, siestas junto a la piscina y aventuras divertidas con sus nuevos hermanos perros.
La vida de Samantha hoy es muy diferente de sus días en el refugio, donde a menudo la ignoraban y la desconsolaban. Su trauma se está desvaneciendo, reemplazado por una abrumadora sensación de amor.
Si Sammy pudiera hablar, podría decir que nunca ha sido más feliz, pero las palabras no son necesarias, ya que la alegre sonrisa de Samantha puede contar toda su historia.