La amistad no tiene límites. La hay de todas las formas y tamaños y rompe todos los estereotipos. ¿Quién dice que los animales que se supone que son enemigos en la naturaleza no pueden ser amigos? Incluso crean un vínculo único. Es triste pensar que algún día se separarán, pero estos extraños amigos siguen disfrutando de su tiempo juntos.
Créditos de la imagen: T.I.G.E.R.S
Es la historia de los adorables y juguetones cachorros de lobo y tigre de Bengala. Los cachorros se conocieron cuando sólo tenían dos semanas. Fueron separados de sus madres para garantizar su supervivencia y criados en TIGERS – The Institute of Greatly Endangered and Rare Species en Myrtle Beach, Carolina del Sur.
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Los dos cachorros se compenetraron muy rápido. Pronto se convirtieron en los mejores amigos y les encantaba estar juntos. Nunca pensaron que podrían ser enemigos acérrimos cuando crecieran o fueran devueltos a la naturaleza.
Los jóvenes lobo y tigre disfrutaban juntos de su infancia. Se divertían mucho cuando estaban con sus amigos. A los tres meses, el lobezno era casi el doble de grande que su compañero de cama tigre.
El lobezno, fuerte y enérgico, aprovechaba su ventaja. Su juego favorito es jugar a la lucha libre con su amigo sin hacerse daño.
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Curiosamente, el cachorro de tigre parecía “dominar” a su amigo canino. Era más pequeño que el lobo, pero crecería hasta convertirse en un animal majestuoso.
“De momento, los tigres están en desventaja de tamaño y peso con respecto a sus amigos caninos. Sin embargo, como estoy seguro de que habrán adivinado, aunque los lobos sean más grandes a los tres meses, al cabo de otros cinco serán los tigres los que podrán empujar a los lobos”, dijo Doc Bhagavan, fundador de TIGERS.
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Cuando las crías cumplieron un año, hubo que separarlas. El cachorro de tigre pesaba unas 250 libras, mientras que el lobo pesaba 180 libras. La diferencia de tamaño y de especie es evidente.
Aunque la pareja ya no está junta, tuvieron una infancia feliz. Es precioso, ¿verdad?
H/T: Mail Online
