En Lincoln, Nebraska, Rose Hunter, una ávida amante de las plantas, solía frecuentar el vivero Campbell’s de su localidad. Sin embargo, un día soleado de verano, decidió visitar la otra sucursal de la guardería por capricho. Lo que no sabía ella era que este simple cambio de planes conduciría a un increíble giro del destino.
Mientras Rose caminaba por el estacionamiento de la guardería, algo inusual llamó su atención. Inicialmente, parecía ser simplemente otra mancha de aceite en el pavimento, algo que fácilmente se pasa por alto. Pero un instinto curioso la llevó a mirar más de cerca. Para su sorpresa, este lugar aparentemente anodino resultó ser una criatura diminuta y peluda, de no más de cinco días. ¿Puedes creerlo? ¡Era un gatito!
Rose se sorprendió y comenzó a mostrar preocupación por este pequeño gatito indefenso. ¿Cómo acabó aquí una criatura tan diminuta? A pesar de su curiosidad, una cosa estaba clara: tenía que ayudar.
Con determinación, Rose levantó suavemente al pequeño gatito y lo colocó en su auto por seguridad. Su corazón se aceleró mientras pensaba en sus próximos pasos. ¿Qué debería hacer ella ahora?
“Me sentí muy entusiasmado”, dijo Hunter. “De repente, mi ritmo cardíaco se aceleró cuando me di cuenta de que necesitaba hacer algo, pero ¿qué?”
Al día siguiente, Rose regresó al lugar donde encontró al gatito y lo colocó en una caja con la esperanza de que su madre regresara. Lamentablemente, no apareció ninguna madre gata. Sin embargo, el pequeño gatito ahora estaba a salvo bajo el cuidado de Rose.
Decidida a encontrar un hogar amoroso para el gatito huérfano, Rose recurrió a las redes sociales y compartió su historia con amigos y conocidos. Afortunadamente, pudo volver a conectarse con una vieja amiga que sabía de una posible madre adoptiva cercana. Esta generosa madre gata había dado a luz recientemente a sus propios gatitos y todavía estaba amamantando. Sorprendentemente, ella dio la bienvenida al pequeño callejero a su familia, cuidándolo como si fuera suyo.
Ver el vínculo del gatito huérfano con su nueva madre adoptiva hizo llorar de alegría a todos. La madre de este amoroso gato lo cuidó voluntariamente, a pesar de que no era su descendencia biológica.
El gatito disfrutó de seis semanas de crecimiento con su madre adoptiva y sus cuatro hermanos adoptivos peludos. Cuando alcanzó la edad adecuada, estuvo listo para irse a casa con Rose. Nunca tuvo ninguna duda de que lo adoptaría.
“No había ninguna duda al respecto”, dijo Hunter. “Honestamente, un minuto después de descubrirlo, pensé: ‘Está bien, entonces obviamente tu nombre será Campbell’”.
Hoy está muy feliz en su nuevo hogar, rodeado de amor y alegría. Ahora vive en una casa llena de juguetes, practica sus habilidades para saltar y muestra sus expresiones faciales juguetonas, tontas y expresivas. Rose no podría estar más feliz con su nuevo compañero peludo, un pequeño bulto de alegría que siempre mantiene una sonrisa en su rostro. Y Campbell, que alguna vez fue un alma pequeña y abandonada, ahora llena su vida de felicidad y calidez ilimitadas.