Dormir es una ventana a nuestras verdaderas emociones, donde reina la honestidad. En esos momentos de paz, nuestros pensamientos quedan al descubierto y son imposibles de ocultar. Ya sea que la felicidad o la tristeza llenen nuestros corazones, se refleja fácilmente en nuestros rostros. Tomemos, por ejemplo, este adorable cachorro. Cuando las personas lo miran durmiendo con una sonrisa deslumbrante en sus rostros, pueden decir de inmediato lo feliz que está cuando finalmente encuentra el lugar al que pertenece.
Según la nueva familia de Petey, se está adaptando admirablemente a su nuevo hogar. Le gusta pasar tiempo en la cama, emprender aventuras y adquirir cosas. Le gusta jugar con cualquier perro que conoce y le gusta especialmente su nuevo hermano.
Si está feliz por este adorable canino, comparta su historia con su familia y amigos. Para ver más historias asombrosas de animales, ¡regresa a nuestra página de inicio y échale un vistazo!